Jon Veen
La periodista y profesora de la Universidad de Sevilla, Concepción Pérez Curiel, nos ha ofrecido una interesante y entretenida charla sobre periodismo institucional en el Aula Magna de la UJI. La ponente tenía una idea muy clara desde que ha comenzado la conferencia. Ella era conocedora que delante suya tenía presente un público de futuros periodistas interesados en la comunicación política. Por ello, ha querido analizar desde su experiencia su trayectoria profesional como periodista institucional. Además, ha incidido en las posibilidades de futuro que ofrece un puesto de director de comunicación y los retos que se plantean para que un experto en comunicación institucional ejerza como tal.
Contrariamente a lo que vemos hoy en día, un comunicador institucional es un estratega de la comunicación. Pérez Curiel lo ha recordado varias veces. Un director de comunicación no está ligado a una ideología política sino a la estrategia. Por poner un simple ejemplo, hablamos del consultor político Iván Redondo. Él ha trabajado para personalidades tan dispares ideológicamente como José Antonio Monago (Presidente del Partido Popular de Extremadura), Xavier García Albiol (Concejal de Ayuntamiento de Badalona) o Pedro Sánchez (Presidente del Gobierno en funciones- PSOE), porque está ligado a la ideología y es la persona encargada de mantener la relación entre la institución y los medios. El problema de hoy es que alrededor del 90% de los Dircom no son expertos en comunicación. Dentro de las instituciones están accediendo a puestos de periodistas, asesores y portavoces que jamás han ejercido de comunicadores y acaban enfrentándose a situaciones que no saben gestionar y lo único que promueven es desprestigiar la profesión.
Un comunicador conoce que el periodismo de fuentes es una herramienta importante y que se debe hacer una buena gestión, pero no sucumbir ante ellas. Si la información, que procede de fuentes propias que el periodista se ha ganado, no se comparten en ningún caso, pero la información es tratada y contrastada por el periodista se está haciendo lo correcto. Cuando el periodismo se fabrica desde las Administraciones Públicas, qué es lo que está ocurriendo hoy en día, se está produciendo una desviación de los objetivos profesionales. Y aún más grave es cuando un periodista se hace pasar por político y hable con el mismo discurso que la institución.
La ponente también se refirió a las ruedas de prensa como un pseudoacontecimiento. Un estratega en comunicación sabe que las ruedas de prensa son falsos eventos en los que solo se destacan los aspectos positivos de una institución. Un buen periodista sabe preguntar y sabe tratar los datos con prudencia, contrastar, y lo más importante, sabe denunciar las irregularidades. Si, además, el periodista no está debidamente informado, se le podrá manipular muy fácil.
Un director de comunicación sabe liderar una estrategia en comunicación política, pero también sabe gestionar la transparencia de una institución. Es fundamental hoy, teniendo en cuenta el gran número de escándalos de corrupción surgidos en España en los últimos años. El Dircom también es una figura que genera seguridad y se debe depositar confianza sobre ella, pero no en todos los casos es así. Pérez Curiel hizo hincapié en este aspecto por una experiencia personal. El caso del niño de cuatros años que falleció cuando accidentalmente cayó a un contenedor soterrado bajo tierra, supuso una situación en la que la ponente se vio desbordada con lo institucional. Ante la presión de los medios y el escaso apoyo con el que contó Pérez Curiel aquel día de los miembros de la institución, no tuvo más remedio que publicar una noticia antes de que el medio lo hiciera oficial. En la práctica debería ser así porque el director de comunicación es un experto que sabe gestionar ese tipo de situaciones y que no deben influir en su trabajo. Aun así, portavoces y miembros de la institución acusaron a la ponente de publicar una información sin contrastarlo antes con ellos. Esto es un claro ejemplo de cómo la institución no deposita la suficiente credulidad sobre los directores de comunicación.
Sin ser hipócritas y haciendo autocrítica, esta conferencia me ha servido para visualizar las oportunidades de futuro de esta profesión. Nosotros representamos ese futuro y siempre debemos defender unos principios por bandera basados en la transparencia, en la veracidad de la información y en el reconocimiento del error. Hay que admitir la culpa y rectificar siempre. Aunque los más importante para ser un Dircom profesional es saber que por encima de la institución están los ciudadanos. Ellos son nuestro público objetivo, los que nos escuchan o leen, y los que se merecen una información contrastada y veraz.
En otro orden de cosas, la conferencia contó también con una mesa redonda representada por tres medios de comunicación de Castellón: El Mundo, Efe y Castellón Plaza. Los tres ponentes abordaron el tema de las noticias políticas, así como el tratamiento que reciben en su elaboración. La política ocupa el mayor espacio en la prensa y el periodista necesita disponer de fuentes de confianza para que se pueda generar una transmisión de datos sin ocultar nada.
Por último, tras atender a esta conferencia puedo extraer que un dircom jamás debe estar en silencio. Debe ser la persona a la que el periodista acuda siempre para generar una relación fluida de datos, y de esta manera, se tratará la información con más cariño. Es necesario hacer un pacto con él. Contrariamente, la relación entre el periodista y el político se fundamenta más en el amor-odio. El político necesita del periodista porque es un canalizador de su mensaje político. Sin publicaciones, el mensaje no llega al votante. Pero, por otro lado, los políticos saben que hay que contar la cara A y la cara B de la moneda, porque los periodistas no dudarán en publicar aquellas incoherencias que no se han hecho públicas.