Nuevas tendencias en comunicación. La radio digital en España
- al362764
- 15 ene 2021
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La demanda de contenido audiovisual está integrada en la vida del ciudadano actual. “Ninguna actividad vinculada al ocio, al trabajo o a la forma de concebir el mundo se entiende sin lo audiovisual. En los últimos años, la explotación tradicional de la radio y la televisión analógica se ha visto condicionada por la escasez de espectro radioeléctrico y, por tanto, por una oferta pública y privada reducida y con un modelo de explotación muy asentado. La tecnología digital plantea un aumento exponencial de las señales de radio y televisión gracias al aumento de la calidad de la señal audiovisual. El acceso a los medios de comunicación aumenta y las audiencias se multiplican, pero a su vez, se fragmentan”. Internet irrumpe así, como competidora de contenidos y como la nueva vía para consumir información. La comunicación es digital, y en el caso de la radio, el futuro pasa por el DAB, o lo que es lo mismo, la emisión digital de audio.
“Con Internet, la radio puede añadir diseño visual al diseño sonoro y ofrecer información sobre programación, cantidad y localización de sus frecuencias, tarifas publicitarias, correo electrónico, foros, etc. Además, la radio en red obliga a quien la incorpora en su programa dominar su vocabulario, y al igual que existe un público para la radio en Internet, también existe un público para Internet en la radio”.
Durante 2017, Noruega fue el primer país en abandonar las emisiones FM para convertirse en digital. La aplicación de este nuevo estándar industrial en España se está retrasando. Las principales razones son debidas a “la falta de aparatos receptores de precio asequible, la falta de políticas incentivadoras y la falta de voluntad de potenciar un nuevo mercado. Además, a diferencia de la televisión digital, la radio no tiene fecha para el “apagón analógico”, con lo cual la radio digital deviene competidora directa de la analógica, lo que no contribuye a hacerla más atractiva”.
Dentro de cuatro años habrá 8 mil millones de personas habitando el planeta, de las cuales más de la mitad –alrededor de 4,8 millones- serán usuarios de Internet. Aunque es difícil asumir estas cifras, lo cierto es que hoy en día nos comunicamos fundamentalmente por móviles y ordenadores. El futuro es la conectividad que nos ofrecen los teléfonos móviles. Son ordenadores multifuncionales, qué entre otros servicios, nos permiten consumir información digital radiofónica y conectar con cualquier radio del mundo.
Según uno de los estudios realizados por el EGM en 2017, cerca del 30% de la población llena su día de media con 104 minutos de radio al día dividido a partes iguales entre generalistas y temáticos. Un año más tarde, el informe Marco General de los Medios en España publicado por la AIMC (Asociación para la investigación de los Medios de Comunicación) volvió a medir el consumo radiofónico de los españoles, y estableció que son 103 minutos de consumo diario de media, con diferencias muy marcadas entre el número de oyentes de la mañana (el 45,9%) y los de la noche (16,9%). Además, esta misma asociación ha señalado recientemente, que los oyentes radiofónicos también escuchan la radio por Internet. En concreto, el 46% de los internautas escuchan programas en la red o grabados tipo podcast. Con estas cifras nada hace pensar que no se continúe consumiendo la radio de igual forma. La diferencia es que ahora la emisión será digital. Aunque la radio digital sigue pendiente de desarrollo, es el medio más barato, confiable e inclusivo que existe. Además, es versátil, es un medio estable y representa una gran fuente independiente de información.
La radio digital terrestre (DAB) no sólo es una tecnología, sino también un estándar industrial. “Para introducir esta nueva tecnología, se precisa de una gran cobertura, de un compromiso para que los servicios sean regulares y se consiga cimentar la fidelización de la audiencia; y promover servicios atractivos tanto los programáticos clásicos como servicios añadidos”. Para ello, se necesita un acuerdo procedente de los operadores; y procedente de otras industrias y de los gobiernos. Los usuarios que utilizan DAB obtienen, entre otros beneficios, una mayor calidad de audio similar a la de un CD porque se elimina el ruido y las posibles interferencias. Además, el DAB permite incorporar información multimedia (gráficos, vídeos, etc.) que puede aparecer en el menú de programación. El usuario, también, puede acceder fácilmente a los contenidos y a la selección de los programas a través de los servicios de búsqueda. Por último, los servicios DAB reciben señal en un gran número de instrumentos tecnológicos, desde receptores fijos y móviles hasta portables con pantalla.
Sin embargo, a pesar que el Digital Audio Broadcasting (DAB) emite en España desde hace 11 años, esta tecnología está poco desarrollada entre los consumidores. Este mismo estándar también se utiliza en países como Canadá, China, Corea del Sur o Singapur, entre otros. La razón principal de su baja difusión tiene que ver con la necesidad de contar con un receptor específico para poder escuchar su programación y la falta de incentivos para ejecutar un “apagón analógico” similar al de la TDT. Por poner un ejemplo, el DAB a diferencia del sistema IBOC no acepta la inclusión de la señal analógica en el mismo ancho de banda, por lo que la señal sólo se puede utilizar para receptores digitales. Pero aún más, el autor J. Rincón plantea en su estudio: “La radio digital ¿Una demanda social o un nuevo escenario de las pugnas del capitalismo globalizado?” dos interrogantes vinculados al desarrollo del DAB en España. En el primero, trata de cuestionar las razones por las cuales España adoptó el modelo DAB que planteaba, en consecuencia, una completa reordenación del sistema imperante. En el segundo interrogante, trata de explicar la completa reconstrucción del mercado que supondría la adopción de este modelo.
Finalmente, y como posible solución, está la tecnología DRM (Digital Radio Mondiale). Aunque todavía se conoce poco, este nuevo estándar de digitalización de la Onda Media parece que ha sido bien recibido en el sector. Entre sus ventajas destacaría la digitalización de la FM y la recuperación de la banda OM.
La última década ha supuesto un tiempo de digitalización y consolidación para la radio española. Fue pionera en la implantación de la tecnología DAB, pero no terminó de fraguar, y fracasó. De forma sencilla, se puede decir que la complicación de tener que cambiar todos los aparatos radiofónicos de domicilios, oficinas y coches; y la incipiente crisis económica que comenzaba a acechar pudieron ser unas de las razones por las cuales no llegó a culminarse.
La TDT también trajo un proceso de adaptación, pero entonces no tenía competidores. La radio digital ha pretendido consolidarse en plena ebullición de Internet y de la radio online. Esta no solo ha permitido distribuir la misma señal de la FM, sino que también ha permitido la aparición del podcast con contenidos diferentes a la radio FM.
Por ello, creo que a día de hoy la implantación del DAB todavía no es viable. Sus ventajas son evidentes, pero la FM sigue siendo el sistema más utilizado por los oyentes y nadie estaría por la labor de eliminarla. Además, Internet cada vez es más eficaz y los costes de emisión serán cada vez más bajos, por lo que cuando se produzca el apagón FM, la radio online será una opción consolidada. Y será entonces cuando el sistema DAB habrá llegado fuera de tiempo porque una alternativa, llamada Internet, tiene y tendrá una presencia muy arraigada en la sociedad.
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